RESPUESTA A LAS HERIDAS EN PALMERAS.

La anatomía de las palmeras es muy particular: sin cambium, solo pocas divisiones celulares en la yema apical permiten el engrosamiento en diámetro del tallo. Estas modificaciones anatómicas se limitan a la zona apical en una región pericíclica alrededor del meristemo apical. Este meristemo es el responsable del crecimiento primario del tallo y la conexión vascular.

Un estudio evalúa la capacidad de respuesta de las palmeras a las heridas: el área dañada es aislada rápidamente de los tejidos sanos mediante formación de tilosis, particionamiento en tabiques de las células del parénquima en contacto con los haces vasculares, secreción de compuestos fenólicos y geles ácidos que contienen pectina. Sin embargo, las reacciones anatómicas dependen de la posición vertical de la herida.

Palabras clave: anatomía, crecimiento, tallo, respuesta a las heridas, palmeras.

La compartimentación de las palmeras.

El único estudio científico completo sobre los mecanismos de compartimentación del estípite de las palmeras después de una herida es de Weiner y Liese (1995). Este estudio consistió en realizar perforaciones de 4 mm de diámetro y 40 mm de profundidad en el interior del cilindro central del estípite de una Roystonea regia de 35 años de edad y 11 m de altura. Las perforaciones se realizaron en 2 zonas diferentes, a 1.5 m (zona vieja del estípite) y a 9 m del suelo (zona joven), y en diferentes periodos, con el fin de seguir la evolución de la reacción de la palmera a las lesiones (a 21, 14, 7 y 1 días antes del abatimiento de la palmera).

Resultados.

A nivel macroscópico, un oscurecimiento (pardeamiento) del vástago apareció rápidamente alrededor de la perforación (unos pocos cm) y los tejidos afectados presentaron una desagregación estructural (desprendimiento de las paredes celulares).

A nivel microscópico, se observó una reacción de los tejidos el primer día. Los compuestos fenólicos continuaron acumulándose hasta los 21 días. Se encontraron geles (goma rica en pectina con trazas de aldehídos) en los vasos y las células del floema a partir de los 7 días. La tilosis se observó en los vasos alrededor de la perforación, pero sólo en la parte apical (zona joven) del estípite. Progresivamente, pero solo en la parte superior, los espacios intercelulares del parénquima se llenaron de gel. A partir del día 21, se necrosaron las células del parénquima inmediatamente próximas a la zona perforada formando tabiques. Estas células, así como las fibras están completamente obstruidas por compuestos fenólicos. No se observó tilosis en los vasos de la parte basal (zona vieja) del estípite (gel solamente). Todas las reacciones anatómicas observadas se restringen a una zona limitada de 10 a 20 mm alrededor del canal perforado.

Conclusiones.

En las palmeras no se produce suberización de los tejidos vecinos a las heridas, estos se diferencian de los tejidos específicos que permiten establecer en los árboles una barrera protectora (callo, cicatriz) y así compartimentar y aislar el área dañada. Pero esto no quiere decir que no haya protección. Al contrario, esta es más simple. Se puede decir que esta barrera es, excluyendo la formación del callo por el cambium, bastante comparable a las reacciones descritas en los árboles y que permiten aislar la zona lesionada. La ausencia de cambium en las palmeras no es por tanto un limite al cierre de heridas. Weiner y Liese (1995) demostraron además que esta compartimentación de heridas es mayor en la zona apical de la palmera.

Referencias.

Weiner G., Liese W., 1995. Wound response in the stem of the royal palm. IAWA Journal, 16, 4, 433-442.

Sección Phoenix canariensis Sección Phoenix canariensis 10_11_2009 021

Toni Serra – © Plantarb