RESILIENCIA.

L’Alzina Fumadora de Bini Gran” ubicada en la finca privada de Bini Gran (Escorca, Mallorca) sufrió alrededor del 2009 la fractura accidental a nivel de cruz, perdiendo varias ramas cimeras y buena parte de su copa. Este ejemplar nos sirve para ilustrar las diferentes dinámicas de reacción de un árbol después de un decaimiento, según el método ARCHI (Drenou, 2011). Las primeras anotaciones corresponden al 13/09/2015, con lo que pretendemos establecer un seguimiento de su evolución, el objetivo es aprender.

Palabras clave: resiliencia, atrincheramiento, bajada de copa, estructura natural, arboricultura de conservación, retrenchment.

Reacción del árbol tras un decamiento: resiliencia.

El árbol es un sistema que depende de su capacidad para captar la energía solar. Cuando un árbol sufre un decaimiento (como una pérdida accidental de una parte de su copa) este responde con los mecanismos de emergencia que dispone. Esto se manifiesta en la aparición de numerosos rebrotes o brotaciones suplentes (reiteraciones retardadas) en diferentes puntos de su estructura cuya finalidad es compensar la pérdida causada por el traumatismo y lograr la supervivencia del sistema recuperando la capacidad fotosintética perdida.

Después de este periodo de desorganización en el que aparecen numerosos suplentes, el árbol resiliente entra en un proceso de reformación de su estructura. Su desarrollo puede orientarse hacia diferentes vías (recuperación de la copa original, bajada de copa, decaimiento irreversible) que dependen en general de varios factores como la especie, edad fisiológica inicial, naturaleza del estrés, etc. Como apunta Drenou, esta resiliencia puede conducir a la restauración de la copa original (árbol resiliente), o en un medio forestal poco denso y en medio abierto, a la creación de una segunda copa por debajo de la original, y a la desaparición progresiva de las ramas cimeras (árbol en bajada de copa o atrincheramiento).

Tanto en el árbol resiliente o el árbol en bajada de copa, su estado puede alterarse debido a un nuevo estrés (especialmente si se produce en los 5-7 años posteriores al factor desencadenante). Estas nuevas alteraciones pueden conducir al estancamiento de su crecimiento o el debilitamiento general del organismo, entrando en una fase de no retorno, de decaimiento irreversible, estado en el que estos factores agravantes conllevarán su muerte.

La “bajada de copa” es un proceso largo y que no siempre tiene éxito, en el que el árbol genera una copa sucesivamente más baja a medida que su vitalidad se reduce. Consiste en la abscisión de las ramas más altas y la concentración de los recursos hídricos en zonas más bajas, porque tienen mayor vitalidad o por situarse más cercanas a las zonas de captación. Este proceso de “bajada de copa” en contra de lo que parece, no es un síntoma de senescencia sino es la respuesta de un árbol resiliente a un decaimiento.

Alzina Fumadora de Bini Gran

Copa con zonas de diferente vitalidad, en 2015.

Perspectivas de futuro del ejemplar: aplicación del método Archi.

En  la actualidad (13/09/2015) el decaimiento generado se caracteriza por un crecimiento hacia abajo (descenso de copa).  Hay más del 25% de la mitad de la copa superior con tocones y ramas muertas.  Se ha formado una nueva copa distinta a la original, pero que no se encuentra bien estructurada (porque no se distinguen jerarquías claras entre chupones). Presenta una brotación masiva de ejes plagiotrópos (crecimiento horizontal) y ejes ortótropos  (crecimiento vertical) de ramificación pobre. Desde nuestro punto de vista, y aplicando el método Archi para valorar el estado fisiológico a través ramificación de la copa, el ejemplar presenta un futuro incierto.

L'Alzina Fumadora de Bini Gran

La encina tras 5 años después de la pérdida accidental de copa, en 2015.

13/09/2015

Brotación masiva de suplentes, en 2015.

Brotaciones suplentes ortótropas.

Brotaciones suplentes con crecimiento vertical, en 2015.

Referencias.

Fay, N. 2011. Conservation Arboriculture. Arborist News. International Society of Arboriculture (ISA).
Drénou C., Bouvier M., Lemaire J. 2011. La méthode de diagnostic ARCHI. Application aux chênes pédonculés dépérissants. Forêt entrepise, 200, 4-15.
Drénou C., Giraud F., Gravier H., Sabatier S., Caraglio Y. 2013. Le diagnostic architectural: un outil d’évaluation des sapinières dépérissantes. Forêt méditerranéene, XXXIV, núm. 2.
Passola, G. 2008. El diagnóstico de la vitalidad del árbol en función de la pigmentación de las hojas. XII Congreso Nacional de Arboricultura. Asociación Española de Arboricultura (AEA).

 

Toni Serra – © Plantarb